PROYECTO SUR: HAY QUE CAMBIAR DE RUMBO
La política de alianzas
En primer lugar, creemos que hay demasiadas prisas en la dirección por querer ganar las elecciones presidenciales del 2011 y llegar al gobierno de la Nación.
Para ello, se propone alcanzar acuerdos electorales con fuerzas políticas sin un sustento programático claro, en lugar de abrir las puertas de Proyecto Sur a miles de jóvenes y trabajadores que miran al movimiento como su alternativa política.
Más preocupante aún es que casi todas esas fuerzas políticas se ubiquen a la derecha del kirchnerismo, tales como el Partido Socialista de Binner, el Frente Cívico de Luis Juez en Córdoba, o el GEN de Margarita Stolbizer. Esta última, se posicionó con la derecha contra la estatización de las AFJP y contra la Ley de Medios, ambas medidas apoyadas por Proyecto Sur.
¿Qué «5 causas» vamos a impulsar con esta gente? A las primeras de cambio se darían vuelta y romperían el frente político, dejándonos mal parados.
En realidad, estas fuerzas están negociando con la UCR y Cobos un eventual acuerdo electoral y utilizan la relación amistosa con los dirigentes de Proyecto Sur para labrarse un perfil izquierdista que les resulte útil en las elecciones.
No bajar el programa
Nos preocupa que un eventual acuerdo electoral con estas fuerzas signifique un abandono de nuestro programa. Por ejemplo, se ha planteado la posibilidad de renunciar a la reestatización de YPF con el argumento de que saldría muy caro pagar la indemnización a Repsol. A cambio, se propone crear una petrolera estatal. Lo correcto sería no pagar ninguna indemnización. Repsol ya ganó miles de millones de dólares expoliando nuestros recursos naturales en estos años. Si no se expropian las compañías privadas que controlan el 100% del petróleo argentino, ¿qué yacimientos de gas y petróleo va a explotar esa petrolera estatal?
Orientarse a la clase trabajadora y a la movilización social
También nos sorprende que, habiendo una apuesta de un sector importante de la CTA en la construcción de Proyecto Sur, no haya una atención preferente hacia la clase trabajadora en el Movimiento que se refleje en su programa; donde, en general, las demandas de los trabajadores en materia de salario, empleo, vivienda, transporte, y derechos sindicales apenas tienen presencia.
En paralelo a esto, observamos un giro muy pronunciado de Proyecto Sur hacia el desprestigiado institucionalismo burgués, con sus fintas parlamentarias y pleiteos judiciales, que repelen a miles de jóvenes y trabajadores; en lugar de volcarse hacia el conflicto social, las luchas obreras, los movimientos sociales, etc. y levantar las banderas del Argentinazo. Concretamente, Proyecto Sur debería tener más presencia en las movilizaciones contra las políticas de Macri en Capital Federal, siendo la principal fuerza opositora en la Legislatura.
El kirchnerismo y la derecha
No compartimos la política hacia el kirchnerismo y la oposición política a su derecha. Mientras que los reproches al primero son contundentes, apenas se expresan críticas a la segunda. Esto es un grave error. Debemos criticarle al kirchnerismo sus vínculos con los grandes empresarios, el imperialismo, y la manga de caciques y políticos profesionales corruptos que integran su armado político. Pero nos parece incorrecto no señalar con mayor firmeza aún que el PRO, el PJ «disidente», la UCR y Carrió tienen vínculos mucho más fuertes con los enemigos del pueblo trabajador, y que su alternativa política es más reaccionaria todavía.
Creemos, por ejemplo, que nuestra oposición al kirchnerismo no justifica, como hace nuestra dirigencia, guardar silencio ante la proscripción antidemocrática de la Ley de Medios por jueces reaccionarios.
Si queremos disputarle al kirchnerismo su base de apoyo popular, Proyecto Sur debe desplegar tanta o más energía en su crítica a la derecha que la empleada contra el gobierno. En la práctica, se le hace el juego al kirchnerismo que explota contra Proyecto Sur el sentimiento honesto y de clase, de millones de trabajadores, que odian a la derecha y lo que ésta representa.
La democracia interna
Debemos cambiar la forma de construcción del Movimiento. Apostar al crecimiento por abajo en lugar de armar un aparato electoral por arriba. Y ampliar la participación democrática de la base, casi inexistente, para fijar la línea política del movimiento, y elegir y controlar a los dirigentes. Debemos tener verdaderos Congresos de Proyecto Sur, con delegados elegidos por la base, en lugar de reuniones ampliadas de la Mesa Nacional. Necesitamos funcionar con un padrón único de militantes del Movimiento en cada zona y reuniones comunes de todos los integrantes, en lugar de que cada «pata» de Proyecto Sur se reúna por su cuenta; lo que abona a la dispersión y a que todo se decida por arriba.
Planteamos este aporte con la mejor voluntad de ayudar a desarrollar Proyecto Sur. Es necesario discutir en la base estos y otros temas que competen al desarrollo y futuro del movimiento, incluyendo la propuesta de que la Mesa Nacional convoque a una conferencia nacional, con delegados elegidos en plenarios zonales, para impulsar un cambio de rumbo hacia la izquierda y hacia la clase trabajadora que fortalezca a Proyecto Sur.
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