México : Buen recibimiento de La Izquierda Socialista en su lanzamiento en la asamblea de los indignados mexicanos
Si bien este es el primer número, la trayectoria de este grupo se remonta 21 años atrás con el periódico Militante que en ese periodo salió ininterrumpidamente y del que publicamos 202 números.
Martín Esparza dio el principal discurso inaugural resaltando en su discurso los agravios del actual gobierno y, en particular, los ataques a la clase obrera, como en el caso de los 44 mil electricistas que fueron despojados de su empleo usando a las fuerzas militares para controlar los centros de trabajo.
La Izquierda Socialista tuvo mejor recepción de la que esperábamos, fue el periódico político más vendido en la asamblea de los indignados mexicanos. Sindicalistas que nos conocen desde hace años recibieron bien el periódico y tomaron con agrado el nuevo nombre.
También al periódico lo adquirieron dirigentes obreros como el mismo Martín Esparza, secretario general del SME, a quién le llamó la atención el encabezado que llama a la unidad del Morena y la Organización Política Nacional (que se acaba de constituir y que ahora ha adquirido el nombre de Organización Política Nacional de los Trabajadores y el Pueblo), de inmediato comenzó a leer con interés la breve nota que aparece en la portada del periódico que habla sobre esto.
La reunión se dividió en diferentes mesas de trabajo, donde escuchábamos denuncias de todo tipo y se notaba una gran rabia hacia el actual gobierno. Nosotros participamos en estos debates, en la mesa de educación dirigentes del CLEP-CEDEP se sumaron a las voces en defensa de la educación pública defendiendo nuestro programa y explicando la experiencia en las recientes luchas como el Movimiento de Estudiantes No Aceptados, donde lograron que algunos cientos de estudiantes pudieran tener una alternativa de estudios, la que en un inicio se les había negado.
Ya pasadas las 6 de la tarde, una marcha, donde se destacaba la presencia de los mineros, llegó al Zócalo. Las protestas del 1 de septiembre no se centraron únicamente en la plaza central del país, en Oaxaca se dieron protestas de masas y mientras se tenía la reunión de los indignados se informaba de cierres de carreteras y otro tipo de protestas en distintos puntos de la ciudad y país.
Hace cinco años, el parlamento había sido tomado por los diputados de izquierda que se quedaron días y noches enteros postrados en la tribuna para impedir que Felipe Calderón cumpliera el requisito legal de tomar protesta y ser legalmente (mas no legítimamente) el presidente del país. En Oaxaca las masas mantenían el control de la ciudad y no estaba definido el futuro del naciente poder obrero, y en las calles del país y sobre todo de la capital, veíamos a cientos de miles marchando y haciendo asambleas en el Zócalo y el kilométrico plantón de reforma. Calderón el 1 de diciembre tuvo que entrar a San Lázaro con un comando especial de militares vestidos de civil que lo llevaron a la tribuna para que en medio de gritos y rechiflas dijera un discurso inaudible que lo formalizó como presidente, una presidencia claramente espuria.
Esto nos recuerda cómo este gobierno inició su gestión claramente desprestigiado y débil, pero con el firme propósito de aplicar el programa de la burguesía que consiste en ataques constantes a la clase obrera y el pueblo trabajador. El gobierno espurio, a punta de ataques y represión, se ha logrado mantener en el poder, pero esto se convertirá en su contrario. Estos años han sido una dura escuela que ha permitido un gran avance de conciencia entre los sectores avanzados del movimiento obrero y otros sectores y clases agraviadas. Esto se podía notar en los debates de los indignados mexicanos. No sabemos cuándo, pero es inevitable que en el futuro se desarrollen explosiones como las vividas en el 2006, pero ahora el cúmulo de experiencia será mayor.
En el 2006 nos faltó organización y una dirección dispuesta a hacer todo lo necesario para que el movimiento venciera. No podemos simplemente participar en los acontecimientos históricos. La asamblea de los indignado muestra rabia y cómo la clase obrera va sacando conclusiones, pero también muestra confusiones y preguntas. Pensamos que el movimiento obrero no tiene mejor herramienta que el legado teórico del marxismo, que son las únicas ideas que nos pueden explicar con claridad el mundo actual en que vivimos. Eso es lo que buscamos con La Izquierda Socialista, ser una herramienta útil para la clase obrera que ayude a explicar nuestra realidad para poder transformarla y que anime a los obreros y jóvenes conscientes a estudiar en profundidad las ideas de Marx, Engels, Lenin y Trotsky. Te invitamos a leernos y a sumarte a las fuerzas del marxismo interviniendo activamente en la lucha de clases y en las organizaciones de masas de la clase obrera junto al resto de nuestros hermanos proletarios.
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