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La crisis en Italia: Berlusconi se va y los ataques siguen. No al gobierno de concentración nacional

El martes 8 de noviembre el gobierno Berlusconi llevó a la cámara baja el texto que aprobaba las cuentas del Estado cuya aprobación era necesaria para poder planificar la actividad económica de los próximos años. En el contexto de dificultad permanente en el que se encontraba el gobierno Berlusconi, el texto fue aprobado, aunque sin la mayoría de los votos.

Las oposiciones (Partido Democrático,  Italia de los Valores (partido del juez Di Pietro), el Centro etc…), se abstuvieron de votar, facilitando la aprobación con 308 votos más 321 abstenciones y Berlusconi, presionado por sus propios partidarios, anunció pronto las dimisiones, que deberían haber tenido lugar justo después de la aprobación de las contrarreformas prometidas en la cumbre del G20 de Cannes.

Antes de dimitir, Berlusconi quería aprobar el plan de austeridad, ya que Italia está bajo el ataque de los mercados internacionales y la especulación financiera. En este contexto, el país parece un sin fin de malas noticias. En realidad, las dimisiones han sido anticipadas la noche del sábado 12, mientras se hablaba de la formación de un gobierno “técnico”, al que finalmente ya conocemos y que desde hoy jueves será operativo. La intención, evidentemente, es que el nuevo gobierno pueda actuar cuanto antes sea posible en función de las necesidades de los mercados, para luego llegar a las elecciones en la próxima primavera, en su fecha natural del 2012, o incluso en el 2013.

Un gobierno elegido por la UE y la banca

¿Por qué no se celebran las elecciones ahora y ni Berlusconi ni el PD han apostado por ellas? La respuesta es bastante clara, ya que el último Ejecutivo sabía que con el plan de ataque requerido por la UE la derecha no tendría esperanzas de volver a gobernar el país. Por la misma razón, el PD no quiere ganar las elecciones para que un minuto después se desencadene el descontento social contra un gobierno que antes de formarse ya estaría dividido y en caída libre respecto al consenso social.

De ahí la receta propuesta por el presidente de la República y apoyada por la mayoría de los partidos políticos: gobierno técnico de transición guiado por el “reconocido estadista” Mario Monti. De esta forma, los “técnicos” pondrán la cara mientras que los partidos burgueses podrán hacer su propia campaña de mentiras en los medios de comunicación y, a la vez, aprobar todo tipo de recortes en el Parlamento. Pero quieran o no, se acabarán ensuciando las manos.

Que Monti sea un reconocido “estadista” es verdad, hace falta simplemente ver por qué: economista de la universidad Bocconi de Milano, ex miembro de la Comisión Europea, ex miembro de la “Comisión Trilateral” (una institución selecta de la alta burguesía mundial con más poder real que la ONU, compuesta por unas pocas decenas de personas, fundada en el 1973 por Rockefeller, que se ha encargado de planificar y extender en todo el planeta la dictadura de los mercados) y, finalmente, ex International Advisor  por Goldman Sach’s. En fin, el hombre perfecto en el momento perfecto.

La subida hasta las nubes de la prima de riesgo italiana ha sido provocada directamente por Goldman Sach’s, ya que el mismo martes 8 vendió los bonos italianos para que su valor disminuyese y generase la reacción financiera. En la tarde noche del mismo día empezó a circular insistentemente la voz de que el presidente de la República, Napolitano, hubiera hecho una ronda de consultas para obtener el consenso sobre el nombre de Monti. Inmediatamente, Goldman Sach’s declaró al Financial Times que con Monti la prima de riesgo se quedaría en 400-450 y que si se celebraran elecciones anticipadas no podía preveer hasta donde hubieran podido llegar los spread italiano, en aquel momento ya en los 570. Ahora que el nuevo gobierno ha sido nombrado, los spread se sitúan sobre los 530. Es decir, ahora que existen todas las premisas políticas para efectuar el mayor recorte de la historia italiana, los “mercados” utilizan una vez más el sistema “democrático” para seguir especulando.

Si acaso hacía falta una demostración más, los “mercados” han demostrado que no les basta ni tan siquiera una democracia de mentira como la italiana con la derecha berlusconiana y un PD completamente adiestrado a las órdenes del BCE y FMI.

No es casualidad que el mundo de las finanzas imponga dos tecnócratas a la vez en Grecia e Italia.

Solamente, este hecho en sí, teniendo en cuenta el historial del FMI de generar en la población mundial  pobreza, hambruna y esclavitud, nos enseña cual es el plan para el pueblo italiano.

El gobierno Monti acaba de ser nombrado y el programa ya se conoce: subida de la edad de jubilación hasta los 67 años para el 2026 y hasta los 70 para el 2050 (no es una fecha tan lejana si consideramos la altísima tasa de paro de la juventud y los contratos basura con los que están obligados a trabajar los jóvenes, ya que es hacia ellos a quienes está dirigida la contrarreforma); eliminación de la jubilación por ancianidad;  venta de todo el patrimonio artístico cultural del país, en rebajas claramente; despidos masivos entre los funcionarios públicos; finalización de la privatización de la educación y de la sanidad (en los hospitales públicos se ha puesto el ticket “copago” donde se llega a pagar 46 euros para acceder a urgencias) y, evidentemente, la continuación de la hemorragia de despidos en el proletariado industrial seguirá como en los últimos años, donde los trabajadores se incorporan a la pobreza mientras que los empresarios van a explotar mano de obra barata en otros países.

Todo esto, además de la contrarreforma del convenio colectivo de los trabajadores… No se porqué, pero todo esto nos suena a algo también aquí en España…

La situación política y social

Acaba de terminar un largo invierno político que duró diez y siete años, un tiempo interminable, un tiempo que ha servido al capital para empeorar los derechos que quedaban desde las luchas de los años sesenta y setenta, donde ha cambiado la relación entre trabajo y empresa, donde la práctica común ha sido la corrupción generalizada a todos los niveles y donde el “The Truman Show” de las televisiones y periódicos de un magnate golpista y mafioso ha conquistado Italia, cosa que también están intentando también con España. [1]

En todo esto, el Partido Democrático, antes de despegar definitivamente, está viendo el fin de su proyecto político. La idea de crear un partido que uniese la tradición del reformismo con piezas importantes de la burguesía ha fracasado. Lo decimos clara y rotundamente ya que, tal y como están las cosas, el bipartidismo que se ha pretendido imponer, que todavía no se ha consolidado realmente, ha demostrado no tener ninguna perspectiva de solucionar las necesidades de la población. El hecho de que la política haya llegado a ser un simple instrumento de los mercados financieros a la vista de todo del mundo (antes mantenían las apariencias) hace que no exista ninguna perspectiva progresista dentro del actual cuadro del “sistema democrático” representado en el Parlamento.

Realmente, el PD está dirigido por las mismas personas que se definen como “hombres de Estado” y su actuación en el próximo futuro no defraudará ni un poquito los deseos del BCE.

A la izquierda del PD se sitúa ahora la formación SEL (Sinistra Ecologia e Libertá, proveniente de Rifondazione Comunista), dirigida por Nichi Véndola, gobernador de la región de la Puglia, que espera poder canalizar el descontento de una parte del PD, esto sí, sin dar ninguna perspectiva de cambio real del sistema. Este apoyo que ahora demuestra SEL es un apoyo sin tradición y que será temporal si siguen los ataques de los mercados y las consecuentes políticas de los mismos, y no se diferencia de los partidos burgueses mencionados.

El hecho de que el PRC (Partito de la Rifondazione Comunista) se encuentre en una dificultad histórica hace que muchos militantes hayan puesto esperanzas en SEL. Rifondazione en estos últimos años no ha sabido centrar el objetivo de una línea política clara, no se ha orientado consecuentemente hacia el movimiento obrero organizado más combativo, representado por el sindicato del metal, FIOM, de la CGIL, que ha sido uno de los arietes en las principales luchas en los últimos años, no sabiendo como romper con el esquema clásico de un reformismo de izquierdas en un panorama político en el que no había espacio para reformas.

La clave para que Rifondazione salga de su crisis está en el debate que se está llevando a cabo en estos momentos en su octavo congreso y que “terminará” el próximo mes de Diciembre. Es necesario conseguir interpretar y organizar el malestar que existe en la sociedad italiana. Si no relaciona indisolublemente su destino a la necesidad de vincularse a la mayoría de la sociedad representada por la clase trabajadora, lo que está defendiendo  la corriente marxista Falce Martello, difícilmente podrá salir de una situación tan difícil.

Pero, evidentemente, no todos los procesos sociales pasan por los partidos políticos ni mucho menos. Desde hace meses, hay una fractura dentro del sindicalismo italiano, una división que se expresa nada menos que en el debate sobre la aceptación de propuestas de la Patronal de la reforma del convenio colectivo. La CGIL (el mayor sindicato italiano) está absorbida en la lógica de la compatibilidad entre los intereses de empresarios y trabajadores y, mientras en estos años intentaba gobernar el conflicto (que sí existe y se está expresando en el antiguo concepto de la fábrica del siglo pasado), las fuerzas del capitalismo han seguido erosionando las condiciones de los trabajadores (esto sí, no solo en la fábrica, sino en todo tipo de trabajo desde los servicios hasta el empleo público) dando lugar a la que hoy en día se llama “working poor class”, los trabajadores pobres.

En este momento, la burguesía italiana está presionando una vez más a la CGIL para que apoye también  la borrachera del gobierno Monti, etiquetando a cualquiera que pueda solo imaginar el pensar algo diferente como “irresponsable”.

Alrededor de la FIOM (la federación del metal dentro de la CGIL) está aglutinada gran parte del conflicto social del país y es desde la FIOM que podremos ver un cambio de actitud ante el conflicto de la clase trabajadora a pesar de las crecientes presiones para la “normalización” de la misma fuerza sindical.

Hay otro elemento a tener en cuenta en estos momentos: la movilización internacional que nació desde el 15M y se ha desarrollado en todo el mundo en distintas formas. Desde Atenas a Madrid, pasando por Wall Street, Londres, Santiago de Chile o Roma, sectores de la población están pasando por encima de sus “referentes” políticos y están ocupando la calle directamente y en primera persona.

El ultimo 15 O, en Roma, hubo una de las manifestaciones más grandes y nada apunta a que éstas puedan disminuir tras la simple llegada de un “gobierno técnico” si consideramos el brutal ataque al que estarán sometidos los  jóvenes y trabajadores y las intenciones políticas de la práctica totalidad del Parlamento.

Berlusconi ha dimitido y con ello finaliza una época, pero desafortunadamente cambia todo y nada. Tras él, seguirá existiendo una información injusta, una práctica política degenerada y un tejido industrial y productivo fuertemente redimensionado.

El camino a seguir es el marcado por el pueblo griego. La UE ha demostrado después de diez años de Unión Monetaria que no es capaz de garantizar un nivel de vida adecuado para la mayoría de la población.

Los lemas de “esta crisis no la pagamos” y “esta deuda no es nuestra deuda”, presentes en Roma, son los conceptos por donde hay que empezar. Las organizaciones de la clase obrera tienen hoy la posibilidad de reconstruir un apoyo da masas. Rifondazione, la FIOM y todo el sindicalismo de base tienen la tarea más importante: organizar y representar a la mayoría de la sociedad en el conflicto.

El impago de una deuda injusta y ficticia es el primer paso para el abatimiento de los planes de todas las instituciones internacionales de control de la economía de mercado procapitalistas, como el FMI. Es también el primer paso para la emancipación de la clase trabajadora, no solo en Europa y EEUU, sino también para la liberación de todos los pueblos de África y Latinoamérica, que esta crisis la están pagando desde hace muchos años. Faltan muchas cosas por hacer, pero en muchos lugares de este mundo ya hemos empezado.



[1] Berlusconi posee en España las televisiones la Cinco; para el 2012, la mayoría de acciones de la Cuatro; El Mundo, la Siete, el 22% de Canal+, etc….

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