Entrevista a María León, diputada del PSUV por Aragua

LC: ¿Qué balance haces de las elecciones 26-S?

ML: Como una venezolana que ha orientado toda su trayectoria política y social por los intereses de los trabajadores y las trabajadoras, y en la lucha por el socialismo, cada hecho político lo analizo desde el punto de vista de los intereses de clase.

En Venezuela hay el fenómeno que analiza Marx en El Manifiesto Comunista, que dice así: Nuestra época, la época de la burguesía, se distingue sin embargo por haber simplificado las contradicciones de clase. Toda la sociedad va dividiéndose cada vez más en dos grandes campos enemigos, en dos grandes clases que se enfrentan directamente: la burguesía y el proletariado.

Para mí lo que sucede hoy en Venezuela y en gran parte de nuestra América es el enfrentamiento, no sólo de la burguesía y el proletariado sino de la oligarquía y el pueblo trabajador. Y digo «pueblo trabajador» porque algunos oligarcas, por el hecho de que nacieron en Venezuela creen que son parte del pueblo y para que no haya confusión digo el pueblo trabajador.

¿Qué ocurre? Este país desde el levantamiento del pueblo contra la oligarquía en la época de Zamora no se había vuelto a levantar. Todas las guerras habidas desde entonces hasta ahora, han sido de diferentes grupos de izquierda, de derecha, ambiciosos de poder, de gloria, ambiciosos de justicia, pero ninguna había envuelto al pueblo en su totalidad como lo hemos logrado desde que se inició la Revolución bolivariana con el comandante Hugo Chávez.

Cada día que pasa los dos grandes campos, oligarquía y pueblo, se van delineando mejor. Las elecciones son una demostración de este enfrentamiento que por fin es fuerte, porque hasta ahora, tanto la clase trabajadora como la oligarquía, se enmascaraban y hablaban de la Unidad Nacional, los beneficios de la Nación…

Por ejemplo: siempre nos dijeron que en la faja del Orinoco había bitumen y todos creíamos que ellos, por el bien nacional, iban a entregar ese bitumen tan difícil de procesar a las transnacionales. Nos creímos semejante barbaridad durante todo el ejercicio de gobierno de la oligarquía a través de Acción Democrática y COPEI.

La oligarquía ahora está desenmascarada, se sabe quién es la oligarquía y cuales son los intereses que representa y se sabe quién es el pueblo trabajador y los intereses históricos que estamos defendiendo. Las elecciones son una muestra de ello.

¿Qué hace la oligarquía? A la oligarquía, en primer lugar, no hemos podido quitarle el aparato del Estado, porque en el aparato del Estado apenas los revolucionarios ocupamos algunas posiciones. La mayoría del aparato del Estado venezolano está en manos todavía de ellos.

Hacen las mismas tracalerías, roban como lo venían haciendo históricamente, permiten que haya tráfico de armas, permiten que haya tráfico de drogas para destrozar a la juventud obrera, a la juventud del pueblo y cuando no logran convertirlos en malandros para meterlos en las cárceles construidas por ellos, entonces los mandan a matar como pasa diariamente. Yo acuso a la oligarquía. Los jóvenes que se mueren aquí son mandados a matar por la oligarquía.

Claro, esta última ahonda el problema de la inseguridad, utiliza lo que siempre ha utilizado, lo utilizaron los esclavistas, los señores feudales, los capitalistas y oligarcas,

 

 

María León junto al Presidente Chávez

y se llama el Terror. Ellos son los que introducen las drogas, la prostitución, todo el daño. La Polar nos emborrachan a nuestros jóvenes y a nuestros hombres todas las semanas para matarlos después. Cuando introducen ese pánico, ese terror, algunas de nuestras fuerzas que son poco conscientes todavía del lugar de clase que ocupan se asustan y se abstienen.

Es evidente que de la última elección a la presente hay más de un millón de votos de los nuestros que se fueron a la abstención, aparte de la abstención general. ¿Qué pasó con esa gente? La propaganda de la oligarquía acerca de la propiedad y del terror, diciendo que el gobierno no hace nada por resolver la inseguridad, que el gobierno te va a quitar la casa que el mismo Chávez te dio pero te la va a quitar porque va a expropiar… todo esto hace que inhiba a una parte de nuestro pueblo para votar.

Además se sabe que mucho de ellos [los burgueses] están todavía en el aparato del Estado, porque nosotros no los hemos podido sacar de ahí… ¿¡en 11 años!? Son las mismas caras, es la misma gente. No estaban en el poder legislativo porque ellos mismos se retiraron en las elecciones pasadas y quedaron fuera, pero búscalos en el poder ejecutivo, búscalos en el poder electoral, búscalos en todos los poderes, en todos los ministerios, alcaldías y gobernaciones. Allí están metidos, impidiendo que el pueblo pueda realizarse obstaculizando la labor del gobierno.

Por supuesto al obstaculizar la gestión, el resultado es que el pueblo ve que aun cuando Chávez ordena que se tomen medidas, no se aplican porque en el aparato hay toda una masa de obstaculizadores de la gestión. Por eso es que la gestión tiene tantas fallas.

Yo sostengo que si no hubiera tanta mano adeca, copeyana y sus derivados, metidos en el aparato del Estado, obstaculizando que los recursos lleguen al pueblo, ya habríamos superado la miseria extrema; la hemos reducido pero no hemos podido eliminarla porque en el camino se roba y el aparato del Estado está lleno de ellos. Esto es lo que empeora la inseguridad, daña los servicios, la vialidad, todo se agrava porque no es posible desarrollar las políticas del proyecto Simón Bolívar. Eso es para mí una de las causas principales del descontento, el miedo y los obstáculos que pone el Estado, que aún está en manos de AD, COPEI y sus derivados, para la realización de las políticas.

El otro problema de las elecciones es que hasta ahora se ha educado a los revolucionarios y a los no revolucionarios, a que la principal tarea de los políticos sea la lucha por el poder. ¿Dónde ha estado la falla? En que es una lucha por el poder para ti mismo, y no se dice cada vez que se está formando al político, que la lucha es por el poder para el pueblo.

Por lo tanto, aquí a cada cual se le abren las aspiraciones de tener un puesto de poder, no para el pueblo, sino que si tú tienes un puesto de poder, yo tengo un puesto de poder, no como voceros del pueblo, sino para nosotros mismos.

Yo creo mi grupo, tú creas el tuyo y entonces es una lucha a muerte entre nosotros mismos que borra el objetivo: el enemigo, la conciencia de clase, la conciencia de patria… y se convierte en la lucha entre pequeños grupos por cuotas de poder. Este es uno de los elementos más terribles. Nos hemos politizado pero debemos entender que la política debe representar los intereses de las clases sociales. Para la oligarquía eso está clarísimo y trabaja por sus intereses. Dentro de nuestro pueblo trabajador también hay conciencia de esto, pero en nuestro seno hay grupos que dividen porque siguen a fulano o a tendencias que luchan entre sí y el enemigo estimula estas contradicciones. La oligarquía trabaja dentro de nosotros mismos para la desunión y nos hace tapar el sol con un dedo.

En el caso concreto de Caracas, ¿por qué perdimos un diputado por unos escasos votos (300 o 400) y en cambio el Movimiento Electoral del Pueblo, que se presentó separadamente, sacó 6.000 votos? ¿Qué pasó? ¿Por qué esos votos no fueron para Tania Díaz, la candidata del PSUV? Allí hay una falla ¿Por qué? Porque a ellos los une un solo interés: el odio contra Chávez que le han sembrado.

En cambio, a nosotros, lo único que nos une es el amor, pero necesitamos desarrollar el odio también, odio a la oligarquía, porque mientras le rindamos pleitesía al

 

María León junto a las trabajadoras de la fábrica Franelas Gotcha

señor oligarca, no podremos definir los dos campos que son oligarquía y pueblo. Yo propongo que no sigamos diciendo amor, amor, amor… Sino: ¡amor al pueblo, odio a la oligarquía! como decía Alí Primera «Cuando no existan oprimidos le cantaré a la paz». Entonces yo amo a todos lo seres humanos, pero a la oligarquía hay que odiarla y no hay que darle un solo voto, hay que sembrar el amor pero también el odio de clase.

¡Claro que ganamos! y eso no tiene discusión, tenemos la mayoría en la Asamblea, pero podríamos haber ganado 110 diputados que era lo que queríamos. ¿Por qué no fue así? Porque la oligarquía nacional e internacional tiene toda una estrategia apropiada y no supimos ni fuimos capaces de crear en nuestro pueblo el rechazo de clase de manera que ningún trabajador prendiera Globovisión, ni ninguna emisora de la oligarquía. Jamás entrarán en mi casa. En mi casa entrarán con armas, a llevarme presa, pero que yo prenda un televisor para oír a un oligarca, pues no.

La oligarquía odia al pueblo. Nos mata, nos prostituye, nos aliena, nos mata de hambre, desaparece la comida y, nosotros, en cambio, lo que le mandamos es un mensaje de amor. Como si los esclavizados le mandaran a los esclavistas mensajes de amor. Lo único que podía hacer el esclavizado era odiar al esclavizador y mí llamado ahora es: no basta el amor, si ellos odian al pueblo, nosotros odiamos a la oligarquía.

LC: En su discurso usted habla de pueblo trabajador, de la clase obrera. ¿Cree Usted que los discursos y políticas de algunos funcionarios, dirigidos al sector de empresarios que se llaman a sí mismos socialistas, pero que podemos ver que explotan a sus trabajadores, les humillan y les maltratan, dan resultado o han agregado elementos de confusión y molestia entre los trabajadores?

ML: Pienso que sí. Son como los camaleones, porque cambian. Ellos son empresarios copeyanos y adecos y de cualquier partido. Ellos tienen las patas blancas, la barriga verde y la boina roja, y es una manera de describir un monstruo. Para mí son así: patas blancas, barriga verde y boina roja. Son seres que en todos los movimientos aparecen.

Si lees las luchas de nuestros indígenas vas a encontrar, como siempre, que hay muchos que se venden al opresor, pero a un opresor que los manipula como en nuestro caso. Aquí hay unos empresarios manipuladores que bueno si el gobierno dice y se le pone a la orden… Pero hay otros de diferente pensamiento, nosotros tenemos que ser analíticos. En el concepto de pueblo trabajador caben productores privados honestos, que los hay.

Estos últimos saben cuál es su destino: no el de acumular dinero y convertirse en monopolio, sino el de que las empresas al final estén todas en manos del pueblo y los trabajadores. Ellos irán hacia delante, pero con los trabajadores. Ahora bien, a los que pretenden agarrar bastante dinero y crear monopolios, a esos tenemos que aplicarles odio a la oligarquía. No se trata de una Ley para controlar, no, sino de odio a la oligarquía…
¿Por qué nuestro Presidente llama a esto la campaña admirable? Porque terminará con los 200 años de la muerte del Libertador. ¿Qué fue lo que él dijo en la campaña admirable? «Españoles y canarios contad con la muerte aún siendo indiferentes. Americanos contad con la vida aún siendo culpables».
No se trata de si eres negro, o si eres blanco, nada de eso.

Si tú estás con este proceso emancipador cuenta con la vida con todos los defectos que tengas. Si estás en el proyecto colonizador vas a morir. Era el decreto de guerra a muerte. Por supuesto, guardando las distancias, no es que yo diga que los oligarcas deben morir. Pero su capacidad de explotar debe acabarse, la posibilidad de explotarnos y esclavizarnos tiene que morir. Y ellos que vivan, bienvenidos, bienvenidos a vivir en la sociedad de trabajadores.

No los odiamos como personas, los odiamos como clase. Como personas tenemos el mismo sentido humanitario con todos los demás, pero, como clase, debe desaparecer y le llegó su momento y aquí en Venezuela con la revolución bolivariana, comenzó el fin de ellos. Van a perecer como oligarcas venezolanos, como oligarcas latinoamericanos y como oligarcas mundiales.

LC: La campaña Manos Fuera de Venezuela y el Congreso Bolivariano de los Pueblos organizó actos de solidaridad en 61 países, con motivo de contrarrestar la propaganda negativa de la prensa mundial ante las elecciones del 26-S. ¿Que mensaje le darías a todos estos camaradas que leerán esta entrevista?

ML: Primero que nada, el agradecimiento personal como revolucionaria, como venezolana. Para mí, esa división de clases que hay en Venezuela es la misma que en el resto del mundo y no hay otra solución para los explotados del mundo que la que expresó Marx: Proletarios de todos los países, ¡uníos! trabajadores y trabajadoras del mundo, ¡uníos! La lucha en Pakistán, en Palestina, la lucha de cualquier pueblo, de Perú o Bolivia… es una misma lucha.

La humanidad tiene en este momento dos opciones: continuar con el capitalismo camino a su destrucción, o caminar solidariamente al socialismo para salvar a la humanidad. Aquí no hay medias tintas, lo dicen los científicos y lo vemos nosotros cada día con los desastres naturales que hay en el mundo.

Hoy están más vigentes que nunca esas palabras de Marx, y esa campaña que ustedes, la Corriente Marxista Internacional con Alan Woods, y todos los demás combatientes como tú y otros combatientes venezolanos han realizado esos actos de solidaridad con nosotros y con ustedes mismos, porque lo que estamos haciendo es defender al mundo, no estamos defendiendo ningún interés egoísta.

La revolución significa la felicidad para todo el genero humano, nosotras y nosotros sabemos que ningún pueblo puede liberarse solo, que la única manera de que haya libertad y justicia, es con la unidad de los que amamos, de los que luchamos contra la discriminación, la traición, contra todo lo que le hace daño a la humanidad. Entonces, quiero instarlos a ampliar esa solidaridad, esas manos fuera de Venezuela, que se siga sintiendo en todos los países del mundo.

Recuerdo que en su momento hicimos Manos Fuera de Vietnam. Es decir, Manos Ensangrentadas del Imperio ¡fuera de nuestros países! porque estamos dispuestos a ser libres. Cuentan con mi apoyo, mi agradecimiento, mi admiración y mi conciencia de que sin el apoyo internacional ningún pueblo puede ser definitivamente libre. Sólo unidos seremos libres. Gracias por esas jornadas, continúen haciéndolas, profundícenlas y hagamos conciencia de que cuando luchamos por los otros y por las otras, estamos luchando por nosotros mismos, por nosotras mismas, por nuestros hijos e hijas.

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María de Lourdes León Gibory
MARÍA LEÓN (Autobiografía)

He andado durante 73 años por todos los caminos de Venezuela.

Tuve el privilegio de nacer en Caracas, pero habité en muchos pueblos y ciudades, en ellos luché en calles, montañas, fábricas, y barrios. Cualquier espacio de nuestro

 

hermoso territorio me pareció ideal para la batalla contra los opresores de mi pueblo y subastadores de la patria.

De la infancia hay momentos muy tristes, perdí mi madre a los 3 años de edad y mi padre a los 17, quedamos en la orfandad, mis dos hermanos mayores y yo. También conocí seres maravillosos como mi madrina, mi padrino y Aura Montero.

Pronto fui adulta y Dios me concedió la más grande felicidad de mi vida mis dos hijas y mi hijo.

También supe del amor del hombre, del compañero; dice la Biblia que Dios dijo: «No es bueno que el hombre esté solo y creó a la mujer». Será por eso que siempre queremos vivir en pareja, aunque tantas veces resulte frustrado el intento, seguiremos intentándolo hasta el final.

Desde los 20 años inicié mi vida revolucionaria en las filas del PCV, con mi hermano y mis camaradas, quise seguir el ejemplo de la Cuba heroica de Fidel y me atreví a ser guerrillera.

En las montañas hermanos y hermanas murieron heroicamente, otros en las cárceles, o en el horror de las desapariciones. Padecí cada 5 años la farsa de la democracia representativa. Parecía que Venezuela y toda nuestra América desaparecería tragada por el tiburón, y de pronto como si viniera de los más profundo de nuestras entrañas, el sueño de soberanía y de igualdad encarnó en la Revolución Bolivariana, la unidad necesaria de nuestro pueblo se materializó en el Comandante Hugo Chávez y desde entonces la vida se ha vuelto como lo predijo Alí Primera, Una Sola Canción. Se multiplican las voces maravillosas del pueblo por millones, pero para defender la patria somos con el PSUV una sola voz.

En este momento de mi trayectoria, recibí de mi Comandante la orden de organizar una trinchera de ideas y de amor en el Estado Aragua, por eso les escribo desde Maracay, ciudad de la Madre María de San José, con cuya protección estoy segura saldré victoriosa.

 

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