Imagen: Flickr Moncloa

El imperialismo español, la derecha y el gobierno, cómplices en la opresión del pueblo palestino

La masacre del pueblo Palestino a manos del Estado sionista israelí está mostrando al mundo la hipocresía y el carácter totalmente reaccionario del imperialismo. Con los Estados Unidos a la cabeza, la UE, incluido el Estado Español, han condenado el ataque de Hamás y defendido inequívocamente el “derecho de Israel a defenderse”. Todo, evidentemente, con el añadido de que “la destrucción de Hamás” (léase el pueblo Palestino), debe respetar “las leyes internacionales” y las “leyes internacionales de guerra”, evitando las muertes de civiles. Estas palabras son cínicas hasta la médula, ya que el imperialismo está apoyando enérgicamente en los hechos un Estado sionista, con el gobierno más reaccionario de la historia de Israel a su cabeza, que tiene la intención de someter en la más absoluta barbarie a todo un pueblo.

Todo comunista tiene la obligación de posicionarse sin fisuras del lado del oprimido contra el opresor. El pueblo palestino ha sufrido durante décadas la más absoluta opresión en manos del Estado sionista y de los imperialistas. Nuestra responsabilidad es oponernos a nuestra propia clase dominante, en nuestro caso los imperialistas españoles y sus lacayos, tanto de derecha como de “izquierda”. La tarea consiste en luchar contra la clase dominante en casa, exponer su asquerosa hipocresía, sus intereses de clase reaccionarios y sus cantos de sirena al diálogo y la paz abstracta.

Los intereses del Imperialismo español

El Estado Español, mediante el Gobierno en funciones, ha unido su voz al coro imperialista sanguinario. El doble rasero de este conflicto cuando se compara con la guerra de Ucrania es realmente repugnante.

Por un lado, tenemos a Putin, quien se supone que ha pisoteado la soberanía nacional de Ucrania. Por tanto, según este argumento, Ucrania tiene todo el derecho a defenderse. En Palestina es al revés, cómo se apresuró en apuntar Zelensky: Hamás es Rusia e Israel Ucrania. Supuestamente debemos creer que, a pesar de décadas de la más brutal opresión del pueblo palestino, Hamás es el opresor e Israel el oprimido. Da igual que Hamás disponga de armamento rudimentario y que no sea ni un ejército, y que Israel disponga de un ejército armado hasta los dientes con la tecnología más avanzada. Hamás atacó primero, y nada más importa. O eso nos quieren hacer tragar. Olvidan convenientemente que el pueblo palestino lleva 75 años siendo atacado por el Estado de Israel y sus aliados de la manera más bárbara imaginable, y que Hamás es un producto de ello.

Comsa y CAF tienen suculentos contratos con el Estado Israelí para la construcción de infraestructuras / Expansión

La verdad es que el imperialismo, empezando con el yanqui, pero igualmente el régimen capitalista español, necesitan a Israel como punto de apoyo indispensable en la región. ¿Para defender la ‘democracia’ y ayudar a la población de la región a mejorar sus condiciones de vida? Claramente no, como ya demostraron en Afganistán e Irak, dejando ambos países en el caos después de masacrar a cientos de miles de personas. Lo que defienden son zonas de influencia, fuentes de materias primas y mercados para sus mercancías y capital. La clase dominante de Israel es un base de apoyo firme y diligente para sus intereses. Consecuentemente, van a defender Israel por todos los medios, incluyendo la hipocresía, el cinismo, la mentira y el engaño, además de una matanza brutal del pueblo palestino.

No es casualidad que el imperialismo español se haya unido al coro imperialista. Por lo que hace al negocio armamentístico, la burguesía española ha vendido entre 2000-2021 armas por un valor de 130,18 millones, y en el primer semestre de 2022, 9,3 millones más. Cabe recordar que el “gobierno más progresista de la historia” ha estado en el poder desde el 2019, aprobando dichas ventas. Además del sector de “defensa”, grandes empresas como Comsa y CAF tienen suculentos contratos con el Estado Israelí para la construcción de infraestructuras, Inditex tiene más de 84 tiendas en Israel, por poner sólo algunos ejemplos. Es más, los capitalistas españoles disfrutan mucho de sus negocios con Israel: solo en 2022, España alcanzó una cifra histórica en cuanto a exportaciones se refiere con 2.170 millones de euros, con 2.600 empresas españolas que hacen negocios con el país. El comercio bilateral entre ambas burguesías es de 3.000 millones anuales, con una balanza comercial muy favorable para los capitalistas españoles. ¡Cómo van a estar en contra de tan buenos amigos!

La derecha española muestra de nuevo su podredumbre

Sólo hacen falta unas líneas de crítica a la derecha: su estupidez y podredumbre hablan por sí solas.

Tomemos el ejemplo de Ayuso. Esta fanática del sionismo dirige la Comunidad de Madrid como una de las principales dirigentes del PP, un partido con vínculos directos con el franquismo. Franco y los franquistas eran admiradores de Hitler, colaborando estrechamente durante la guerra civil española. Ahora, como si de un milagro se tratara, Ayuso es “amiga de Israel”. Hace apenas un año, consiguió aprobar en el parlamento regional el envío al congreso de una modificación de la ley de contratación pública para excluir a las empresas “antisemitas”. Es más, Ayuso, en consonancia con todos quienes defienden el sionismo, definió como antisemitismo críticas al Estado de Israel.

Pero esto no tiene nada de místico. Ayuso, como firme defensora de la “libertad”, o dicho concretamente, libertad para explotar a la clase obrera para el enriquecimiento de los capitalistas, defiende al imperialismo y sus intereses. Es una cuestión de clase; no tiene nada que ver con la ideología, la religión o el nacionalismo, todo gira alrededor del capital y su insaciable sed para multiplicarse. Lo mismo se puede decir de VOX, con la diferencia que estos últimos lo hacen incluso con más espuma en la boca.

Al posicionarse inequívocamente del lado del estado de Israel, insistiendo e incluso exigiendo al gobierno una dura condena a Hamas y la legitimidad de Israel a defenderse, la derecha demuestra su esencia como expresión política de la opresión y explotación de la burguesía sobre la clase obrera. Los mismos que oprimen y explotan a la mayoría de la población del Estado español mediante su aparato de Estado (prisiones, jueces, policía, etc), sus leyes (ley mordaza, reforma laboral, etc) y su política, se posicionan firmemente del lado del verdugo de todo un pueblo, el Estado sionista y los capitalistas israelies.

La hipocresía del gobierno en funciones

Volviendo al “gobierno más progresista de la historia”, el presidente Sánchez se ha unido disciplinadamente a la voz mortífera del imperialismo. Nuevamente ha demostrado que tanto él, como dirigente del partido, como toda la cúpula y burocracia del PSOE, forman parte del régimen del 78, y que consecuentemente son firmes defensores de los intereses de los capitalistas españoles.

En sus propias palabras:

“España es amante de la paz. Por eso condenamos, con rotundidad y sin ningún tipo de ambages, el atentado terrorista de Hamás en Israel y las muertes de israelíes. Exigimos la urgente liberación de los rehenes y con la misma contundencia defendemos que Israel tiene derecho a defenderse. Pero siempre dentro del derecho internacional humanitario, que no avala la evacuación de palestinos de Gaza.” (énfasis nuestro)

Bombardear un pueblo entero que vive en una prisión abierta, matando a miles, muchos de ellos niños; cortar el agua y la electricidad; bombardear hospitales, escuelas, edificios civiles; bombardear vías de escape supuestamente seguras ¿está todo esto dentro del derecho internacional humanitario? Sólo con formular la pregunta le provoca repugnancia a cualquiera con un poco de decencia. Sánchez bien sabe que Israel quiere vengarse, y como ya ha demostrado en los hechos, está dispuesto a todo con tal de conseguir su objetivo; también sabe, como experto en la hipocresía típica de los políticos burgueses, que las palabras se las lleva el viento. Sirva como ejemplo su promesa incumplida de que en cuanto llegara al Gobierno iba a reconocer a Palestina como Estado. Parece que ha estado demasiado ocupado con cosas más apremiantes, como defender los intereses imperialistas en la guerra de Ucrania, o en mantener la paz social mediante migajas para la clase obrera mientras mantiene inviolables los principales intereses de las grandes empresas, como la reforma laboral, los alquileres, los beneficios sin precedentes, la ley mordaza, etc.

La verdad es que los imperialistas han cambiado el tono de los primeros días, cuando defendían sin tapujos a Israel, añadiendo ahora la coletilla del “derecho internacional humanitario”, “ley internacional”, etc. sólo después de ver que millones de personas por todo el mundo no están dispuestos a tolerar la masacre de los palestinos, y de evaluar el peligroso impacto de los acontecimientos en la región.

De la boca del vocero más serio del imperialismo español, El País, en un reciente Editorial:

“El Estado de Israel tiene todo el derecho de combatir a Hamás, considerada organización terrorista por la Unión Europea, y de responder al infame ataque del sábado 7 de octubre, pero es imperativo que lo haga ateniéndose escrupulosamente a los principios del derecho internacional humanitario. Por al menos tres motivos. El primero, fundamental, es proteger a los civiles palestinos, que no pueden ser sometidos a un brutal castigo colectivo. Que Hamás pisotee con acciones terroristas todas las reglas, no justifica que una democracia se desentienda de sus principios básicos. El segundo es evitar que escenas de represalias indiscriminadas enciendan una ira aún más descontrolada en la ciudadanía palestina y en el resto de sociedades musulmanas, inclinando la balanza hacia el lado de la violencia y congelando sine die la tímida normalización de relaciones entre Israel y algunos países árabes. El tercero es preservar de su lado el apoyo geopolítico de las democracias avanzadas —importante en una crisis que no es solo local—, que se agrietará si se desata una reacción aún más desproporcionada.” (énfasis nuestro)

El País está advirtiendo a su clase de los riesgos implícitos en la situación, no solo en la región sino también en casa, con la vista puesta en la presión desde abajo que pueda ejercer la clase obrera y las masas contra la masacre Palestina. Basado en cálculos fríos, el imperialismo español ve que una escalada de la masacre puede impulsar aún más el movimiento, poniendo contra las cuerdas a la clase capitalista en casa. Así pues, defiende sus intereses, por un lado, confundiendo la situación con apelaciones vacías al derecho internacional mientras apoya al sionismo incondicionalmente, y por otro, buscando la manera de evitar una catástrofe en la región.

Retomando las palabras de Sánchez, en su declaración añadía que el conflicto entre Palestina e Israel “solo será resuelto cuando se reconozcan los dos estados, Israel y Palestina, para que puedan coexistir en paz tal y como dice la ONU y las Cortes Generales (!).” Esperemos que pueda dormir tranquilo, con una conciencia limpia, después de demostrar semejante perspicacia y preocupación.

La política exterior de Sánchez, de sirviente del imperialismo, es la misma que ejerce en casa. Como mínimo en eso sí que es consecuente. Es por eso que tiene la desfachatez de plantear que la salida debe pasar por la solución de la creación de dos Estados ¿acaso ese no fue el resultado de los acue

La política exterior de Sánchez, de sirviente del imperialismo, es la misma que ejerce en casa / Moncloa, Flickr

rdos de Oslo? Estos se fraguaron mediante la capitulación de la Organización por la Liberación de Palestina, quienes a cambio de un semi-Estado donde ejerce el papel de policía para el Estado de Israel, aceptó reconocer a Israel. Esto no detuvo en nada la extrema opresión del pueblo palestino, ni el aumento de las ocupaciones de tierras palestinas a manos de los colonos sionistas. Incluso más, ¿acaso el Estado sionista, un actor poderoso en la región con sus propios intereses, y construido sobre una montaña de cadaveres palestinos, aceptará de igual a igual la formación de un Estado Palestino? Nuevamente, la hipocresía, cinismo y desdén por las masas de los imperialistas es evidente: su objetivo es desviar la atención de la situación real con cantos de sirena que no han funcionado, y que jamás funcionarán sobre una base capitalista. Sólo quieren mantener el estatus quo que tanto les beneficia.

Pero si cómplice con la opresión del pueblo palestino, en el conflicto actual, es la posición de “la parte socialista del gobierno” ¿qué decir de sus aliados de “izquierda”? Es particularmente escandalosa la posición de Yolanda Díaz, que es exactamente la misma posición cobarde y servil de Sánchez, calificando de “crímenes de guerra” las acciones de Hamás del 7 de octubre sin emplear la misma expresión para calificar los crímenes del ejército israelí contra la población palestina, simplemente diciendo que condena el “apartheid” al que Israel somete a los palestinos y todos los ataques contra la población civil ”vengan de donde vengan”, en una calculada equidistancia. Podemos, a través de su portavoz Ione Belarra, en cambio, ha mantenido una posición más digna, posicionándose incondicionalmente del lado palestino y criticando fuertemente a Israel y los apoyos occidentales a sus acciones. Ha calificado al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, de “criminal de guerra” y ha pedido la ruptura de relaciones con Israel. En cualquier caso, su posición es la típica en los reformistas de izquierdas, puesto que al final tampoco ofrece una alternativa, salvo las mismas banalidades estériles de siempre: apelación al orden internacional, a la intervención de la ONU, y ruegos de “paz” a los imperialistas.

La revolución socialista es el verdadero camino

 Todo lo que está ocurriendo, en especial los movimientos de masas que han irrumpido en la escena por todo el mundo, demuestran una cosa: sólo podemos confiar en nuestras propias fuerzas, la fuerza de la clase obrera y de la juventud mundial.

Los imperialistas han creado esta situación, y con sus manos llenas de sangre, solo van a legitimar la matanza del pueblo palestino o posponerla para el futuro próximo. Israel, desde sus inicios, ha estado en conflicto con los palestinos y los países de la región, y nada de esto va a cambiar sobre una base capitalista. Toda apelación y exigencia a los imperialistas es igual que pedirle peras al olmo.

Ya estamos viendo el impacto de las movilizaciones. Hace falta extenderlas, y sobre todo apelar a la participación activa del movimiento obrero organizado. Empezando por los obreros de las empresas armamentísticas, se deberían convocar asambleas para posicionarse a favor del pueblo palestino, negarse a producir armas para Israel e incluso convocar huelgas para prohibirlo si son presionados por los empresarios y sus lacayos. Igualmente, los estibadores pueden jugar un papel importante bloqueando todo barco destinado a Israel (a menos que transporten mercancías de primera necesidad) y bloqueando todo barco procedente de Israel. Esto debería extenderse a todos los puestos de trabajo de empresas con intereses en Israel.


Pero más allá de todas las acciones que debemos tomar aquí y ahora para detener la masacre, es igualmente necesario construir la dirección comunista que pueda ponerse a la cabeza del movimiento para apuntar y luchar contra la raíz de toda la barbarie que estamos viviendo, el sistema capitalista. Sólo la lucha de la clase obrera, en Palestina, en la región y en casa, para derrocar el capitalismo y establecer el socialismo podrá acabar con la opresión del pueblo palestino y la opresión de miles de millones de personas por todo el mundo.

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