El comunismo inspira a la juventud… y aterroriza a los poderosos
Editorial Lucha de Clases nº93.– El viejo fantasma del comunismo vuelve a llenar de santo horror al mundo capitalista. Desde hace unos pocos años para acá estamos viendo una extensión muy significativa del sentimiento comunista en capas muy amplias de la juventud. Por todas partes comienzan a proliferar jóvenes y organizaciones juveniles que se proclaman comunistas.
Una expresión especialmente destacada de esto ha sido la emergencia del Movimiento Socialista en el Estado español que, arrancando en Euskal Herria a través de una escisión de masas de la juventud independentista de EH Bildu, se ha trasladado a Catalunya y el Pais Valencià, también con una escisión aquí de la organización independentista juvenil Arran, y a zonas de Aragón, Madrid y partes de Castilla.
Ya, hace un año, un estudio de la firma Ipsos Mori para un medio derechista concluía que: «Con la triste excepción de Francia, España es el país europeo con menores niveles de respaldo social al capitalismo” (libremercado.es, 11/2/22).
Pero, más interesante aún. Una reciente encuesta del Fraser Institut, con sede en Canadá, una entidad de carácter reaccionaria derechista, reveló que:
«El nivel de acuerdo total para el comunismo como el sistema económico ideal entre las personas de 18 a 34 años es preocupantemente alto en el Reino Unido (29%) y en menor medida en los Estados Unidos (20%) y Australia (20%)” (fraserinstitut.org, 22/2/23).
Esto es particularmente notable dado el dominio absoluto que la burguesía tiene sobre todos los medios de comunicación en estos países y la falta de una fuerza de masas que defienda las ideas socialistas o comunistas.
Pánico en la clase dominante
Es muy significativo por ello que, hace solo unas semanas, la Cámara de Representantes de EEUU (el Congreso de diputados estadounidense), aprobara una resolución por mayoría que denunciaba los “horrores del socialismo” y que proclamaba:
“Resuelto por la Cámara de Representantes (el Senado está de acuerdo), Que el Congreso denuncia el socialismo en todas sus formas y se opone a la implementación de políticas socialistas en los Estados Unidos de América”.
¿Qué expresa esto, sino un terror indisimulado de los representantes del país imperialista más poderoso del mundo hacia una radicalización política de masas en EEUU en líneas socialistas?
Pero hay algo que no cuadra aquí: según la propaganda convencional de las últimas décadas, esto es una “anormalidad” que no debía ocurrir: ¿No fue hace más de 30 años que se derrumbó la URSS y que el comunismo quedó muerto y desacreditado para siempre?
Marx puede haber sido colocado en su tumba hace 140 años, y el año que viene conmemoraremos el centenario de la muerte de Lenin; pero, lejos de estar muertos y enterrados, sus ideas son más relevantes que nunca, y los burgueses serios lo saben.
La razón de esto no es difícil de entender. La nueva generación nacida al bordear el siglo XXI sólo ha conocido un mundo de crisis, austeridad y precariedad, donde los súper ricos ostentan una vida lujosamente insultante. La juventud y la clase trabajadora viven una vida plagada de guerras, epidemias y desastres climáticos y naturales provocados por la voracidad capitalista. Decenas de millones han comenzado a sacar conclusiones inevitables, no de libros marxistas, sino de la vida misma.
Comunismo o barbarie
Gradualmente, comenzando por las capas más avanzadas de la juventud y los trabajadores, millones de personas se están dando cuenta de que los males de un sistema basado en la propiedad privada de los medios de producción y el Estado-nación no pueden resolverse dentro de los límites del sistema mismo. Estos límites solo pueden superarse cuando sean reemplazados conscientemente por una economía socializada y planificada armónicamente, en un sistema socialista de democracia obrera en interés de la abrumadora mayoría y de la salud del planeta. Hasta entonces, estaremos plagados de crisis, hipocresía, pobreza, corrupción, racismo, sexismo, catástrofes climáticas y guerras. Demás está decir que el comunismo al que aspiramos, el de Marx y Lenin, está completamente alejado de la caricatura burocrática totalitaria y estalinista que existía en la URSS, producto de una revolución socialista aislada en un país atrasado, y que ensució la bandera limpia del comunismo durante décadas.
El tiempo corre a favor de las ideas del comunismo y de la revolución socialista. Es por ello que la Corriente Marxista Internacional está trabajando para organizar y capacitar a la nueva generación en la teoría marxista y los métodos bolcheviques. Pero hay un sentido de urgencia en la tarea de transformar el mundo radicalmente, antes de que el capitalismo siga empujando a la humanidad hacia la barbarie. No queremos el socialismo para un futuro indeterminado. La actual generación está luchando para hacerlo realidad en el curso de su vida. Debemos proceder en consecuencia.
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