Cómo pueden los trabajadores detener la maquinaria de guerra imperialista
Muchos trabajadores ven los catastróficos acontecimientos que se están produciendo en Oriente Medio y se preguntan qué pueden hacer para detener la carnicería imperialista. Organizada y movilizada, la clase obrera tiene el poder de detener a los belicistas. El siguiente artículo fue escrito por nuestros camaradas británicos, ofreciendo un modelo de moción para ser aprobada en los sindicatos y dando una explicación de lo que los trabajadores pueden hacer para combatir la maquinaria de guerra imperialista.
Los trabajadores de todo el mundo ven con horror cómo el Estado israelí inicia una campaña de castigo colectivo contra los palestinos atrapados en Gaza.
Habiendo sido sorprendida con la guardia baja por el carácter coordinado de los ataques de Hamás, la clase dominante sionista israelí se está cobrando ahora una brutal venganza.
Ante este bombardeo y matanza de civiles, muchos británicos se preguntarán: ¿qué podemos hacer para ayudar?
En primer lugar, debemos reconocer que nuestra fuerza reside en nuestra organización y movilización colectivas, especialmente en los sindicatos.
Si perteneces a un sindicato, deberías intentar que tu grupo de base apruebe nuestro modelo de moción: declarando la solidaridad inequívoca con el pueblo palestino; condenando los ataques del Estado israelí; y denunciando la complicidad del imperialismo británico.
Acción obrera
Esta moción señala la verdadera causa del conflicto: no quién disparó primero, sino quién es el opresor y quién le ayuda en su opresión.
Pero más que condenar a los imperialistas, la moción llama a la acción. Tenemos que comprender nuestro verdadero poder: nuestra capacidad de movilización y manifestación y, lo que es más importante, de retirar nuestro trabajo.
Esto no significa tomar medidas a título individual -no ir a trabajar el lunes por la mañana, negarse a comprar tal o cual producto-, sino colectivamente.
El poder de la clase obrera no proviene de nuestras decisiones como consumidores, sino de nuestro papel como productores. No somos clientes, sino trabajadores.
Ya sea a través de los sindicatos o de otro modo, la acción colectiva de la clase obrera organizada -especialmente en las industrias de las que dependen los capitalistas para mantener en marcha su maquinaria de guerra- puede tener un impacto directo.
Esta acción militante de masas puede golpear directamente a los imperialistas deteniendo la producción. Las Fuerzas de Defensa de Israel no pueden lanzar bombas que no tienen.
De este modo, los trabajadores pueden aprovechar todo el potencial de la fuerza que tienen en la sociedad. Incluso la acción de un solo lugar de trabajo puede tener un enorme impacto en los acontecimientos e inspirar a otros trabajadores a seguir su ejemplo.
Lecciones de la historia
Tomemos un ejemplo heroico: En 1974, tras el golpe de Pinochet en Chile, los trabajadores de la fábrica de Rolls Royce en East Kilbride, Escocia, tomaron medidas exactamente de esta manera.
Tras enterarse de que los motores a reacción que estaban reparando pertenecían a la junta chilena, se negaron a tocar estos componentes vitales de los aviones.
Este boicot obrero se prolongó tanto tiempo que los propios motores se oxidaron, dejándolos impotentes e impidiendo su uso en el asesinato de trabajadores chilenos a miles de kilómetros de distancia.
Del mismo modo, los trabajadores portuarios organizados por el sindicato CGiL en Génova, Italia, se declararon en huelga en 2019 para impedir que un buque de propiedad saudí cargara su cargamento de armas, destinadas a ser utilizadas en la guerra del régimen reaccionario contra Yemen.
Justo el año pasado, los trabajadores ferroviarios griegos también intentaron impedir el transporte de tanques a Ucrania para su uso en el conflicto de ese país.
También existe un precedente en relación con la acción de los trabajadores para impedir que se envíen armas a Israel: el más notable de todos, el del sindicato de trabajadores portuarios sudafricanos SATAWU, que se negó a descargar un barco israelí durante el punto álgido del bombardeo estatal de Gaza en 2021.
A la luz de la última agresión del Estado israelí, estos ejemplos inspiradores proporcionan lecciones vitales sobre cómo los trabajadores pueden y deben luchar contra la opresión de los palestinos hoy en día, utilizando su papel en la producción y distribución para detener a los belicistas imperialistas en su camino.
Decenas de sindicalistas han bloqueado esta mañana la entrada a la empresa israelí de armamento, Elbit Systems, en Kent, Inglaterra. Esto es lo que debería hacer estos días todo sindicalista con un mínimo de dignidad. pic.twitter.com/n7VDe60YJc
— Arantxa Tirado (@aran_tirado) October 26, 2023
El enemigo en casa
Este movimiento también debe apuntar a «nuestra propia» clase dominante. El régimen de Netanyahu puede actuar con impunidad porque el imperialismo estadounidense y británico consideran que un Israel fuerte es vital para sus intereses en Oriente Próximo.
Por lo tanto, para luchar contra una fuerza así, tenemos que pensar en grande. Una campaña de acción obrera contra la producción y el transporte de armas es sólo el principio.
Derrocar a nuestros gobiernos imperialistas, al enemigo en casa, así como al sistema capitalista que representan y defienden, es en última instancia lo que impedirá la agresión israelí y detendrá la guerra para siempre.
No podemos confiar en la diplomacia burguesa ni en organizaciones internacionales como las Naciones «Unidas» -y otras herramientas similares del imperialismo- para conseguir una paz auténtica. Los únicos amigos verdaderos que tienen las masas palestinas son los trabajadores del mundo.
Destruyendo sus propios Estados imperialistas, los trabajadores de Occidente pueden aportar una auténtica solidaridad de clase a la causa palestina. Así es como podemos ayudar a conquistar la libertad, por fin, para los millones de oprimidos de Oriente Medio y más allá.
Control obrero
Además de detener la producción y distribución de armas, los trabajadores del sector armamentístico deben luchar por la propiedad y el control de la industria.
De este modo, inspirándose en el Plan Lucas de la década de 1970, las fábricas y la maquinaria podrían reconvertirse en productos socialmente útiles, como tecnologías ecológicas y equipos sanitarios.
Sobre esta base, como parte de un plan socialista de producción, los recursos de la sociedad y las habilidades de los trabajadores podrían utilizarse en beneficio de las personas y el planeta, en lugar de los beneficios de los fabricantes privados de armas.
El papel de los comunistas en los sindicatos es unir todos estos hilos; concienciar y proporcionar a los trabajadores confianza y sentido de su propio poder; y ser los más decididos luchadores de clase e internacionalistas.
Si quieres organizarte como comunista en el movimiento obrero, únete a nosotros hoy mismo.
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